Gorilas de montaña

Los gorilas de montaña, de nombre científico Gorilla beringei Beringei y conocidos también como gorilas de espalda plateada, se encuentran mayormente en las selvas de Zaire, Ruanda y Uganda, y sobre todo en las montañas Virunga.

Esta especie tiene un pelo más largo y oscuro que otros gorilas, lo que le permite vivir a gran altura y viajar a zonas donde las temperaturas caen por debajo de cero. De igual forma, sus ejemplares se han adaptado a la vida en el suelo más que cualquier otro primate no humano, por lo que sus pies se asemejan bastante a los del hombre.

Características

Los gorilas de montaña se pueden identificar uno del otro por los rasgos distintivos de su nariz, únicos para cada individuo, al igual que sucede con otros gorilas. Tienen un pelaje negro, que recubre un cuerpo grande, excepto el rostro, las palmas de sus manos y pies, y el pelo; partes que carecen de vello.

De las cinco subespecies de gorila, la de los de espalda plateada es una de las más raras. Es sorprendentemente fuerte, con un tronco corto, pero una gran amplitud en pecho y hombros.

Estructura familiar

Esta especie se caracteriza también por ser muy social. Los individuos viven en grupos relativamente estables, fuertemente cohesionados y unidos por lazos de largo plazo entre machos y hembras.

Un grupo típico del gorila de montaña es liderado por el macho adulto más grande y fuerte.

El nombre alternativo de espalda plateada se debe a que el pelo de la espalda de los machos adultos se degrada de negro a gris como consecuencia del proceso de crecimiento y maduración biológica. Un grupo de espaldas plateadas normalmente incluye a un gorila adulto de sexo masculino, o dos, y un par de gorilas hembras y sus crías.

Reproducción

Los machos del gorila de montaña maduran más tarde que las hembras y no se reproducen hasta que alcanzan entre 15 y 20 años de edad. Aproximadamente la mitad de todos los gorilas machos abandonan sus grupos natales en la pubertad y viajan solo o con otros gorilas machos subordinados hasta que establecen su propio grupo.

Una vez que un gorila macho ha establecido un grupo, lo más probable es que se quede con ese grupo de por vida, a menos que sea derrocado por otro gorila macho, más fuerte y poderoso.

Los combates para el acceso a las hembras entre los espaldas plateadas dominantes y varones solitarios son intensos y pueden provocar hasta la muerte de alguno.

Por su parte, las gorilas hembras adultas pueden dar a luz a un bebé cada cuatro años, aunque como promedio un bebé de la especie que sobreviva a los tres años de vida se produce sólo cada seis u ocho años, debido a la alta mortalidad infantil en ese período.

Un gorila bebé nace con un peso entre 1,8 y dos kilogramos (3-4 libras) después de un período de gestación que varía entre 251 y 295 días.

Estos bebés son llevados todo el tiempo por sus madres y empiezan a caminar después de las 30 o 40 semanas. Son amamantados durante unos 12 meses, pero tras el período de lactancia continúan con su madre hasta los tres o cuatro años de edad, poco tiempo después de ser destetados por completo.

Los gorilas infantes maduran en alrededor de 11 o 12 años de edad. Ejemplares de ambos sexos son clasificados como menores entre las edades de tres y seis años, etapa en la que todos tienen un espeso pelaje negro y la piel de igual color.

A los seis años, cuando miden cerca de 1,2 metros de altura (tres pies) y pesan alrededor de 68 kilogramos (149 libras), los ejemplares de ambos sexos son considerados jóvenes y ya comienzan a participar en actividades de mayor envergadura.

Ciclo de vida

Los gorilas de espalda plateada tienen una baja tasa de reproducción. Esta reproducción lenta hace que la conservación de la especie esté aún más amenazada.

En los entre 40 y 50 años de esperanza de vida, una hembra puede tener como promedio solamente entre dos y seis descendientes vivos. Dan a luz por primera vez a la edad de 10 años, nunca antes, y pueden tener crías cada cuatro años o más.

Las hembras maduran en alrededor de seis años, edad en la que dejan de crecer, a pesar de que continúan ganando peso poco a poco hasta que alcanzan valores de 113 a 136 kilogramos (249-299 libras), cuando tienen entre 10 y 11 años de edad.

Por su parte los machos siguen creciendo tanto en tamaño y peso más allá de la edad de seis años. No alcanzan la madurez hasta que tienen cerca de 12 y no se ven como auténticos espaldas plateadas hasta después los diez años, dado que todavía a esa edad conservan el color negro del pelo de manera uniforme.

El potencial de crecimiento de la población de gorilas de montaña no perturbados es comparable al de los seres humanos. El período de gestación es de nueve meses y la madre no podrá concebir nuevamente hasta dentro de cuatro años. Tampoco hay una temporada de cría aparente, ya que los nacimientos de bebés gorilas se producen durante todo el año.

Sin embargo, debido a accidentes y enfermedades, muchos gorilas bebés mueren en el primer año de vida y casi la mitad de todos los gorilas mueren antes de llegar a la edad adulta.

La esperanza de vida máxima de los gorilas de montaña en la naturaleza es difícil de estimar. Los gorilas de más larga vida en cautiverio llegaron a edades entre 30 y 35 años, mientras que en la vida salvaje no se ha visto un ejemplar que luzca tan envejecido como los gorilas en cautiverio de mayor antigüedad; de ahí que se estime que la duración de sus vidas en la naturaleza sea menor, tal vez de 25 a 30 años.

Actualmente, no se conoce de gorilas de montaña que vivan en cautiverio.

Comportamiento y dieta

El gorila de espalda plateada es una criatura muy inteligente y gentil. A pesar de tener una reputación feroz, rara vez hace uso de su fuerza increíble. Sin embargo, cuando se trata de defender los derechos de la familia o de su rol dominante sí hace gala de todo su poder.

Los gorilas de montaña vagan además alrededor de un área de acción de hasta 15 millas cuadradas (39 kilómetros cuadrados). Pasan mucho tiempo de sus días comiendo o en busca de alimento, cerca del 30 por ciento.

Su comida incluye una variedad de plantas, las que ingieren en grandes cantidades, junto con unos pocos insectos y gusanos. Pueden consumir también raíces, hojas, tallos de hierbas, enredaderas, corteza de árboles, plantas arbustivas y brotes de bambú.

Por la noche, los gorilas de montaña hacen un nido para dormir. Muchos ejemplares ligeros anidan en los árboles y hacen sus lechos en ramas dobladas, mientras los más pesados lo hacen en hierbas de la tierra. Los bebés por su parte, se acurrucan con sus madres para dormir a la espera de un nuevo día.

Durante mucho tiempo la imagen que la mayoría de la gente tenía de un gorila de espalda plateada era fiera. Creían que de encontrarse a un individuo de la especie tendrían enfrente a un animal salvaje, que se palpitaría el pecho y rugiría con fuerza, mostraría sus dientes grandes e iría a la carga. Sin embargo, los investigadores que han estudiado la especie han revelado una imagen muy diferente.

Según los resultados, los gorilas de montaña son pacíficos, amables, sociales y muy importante, mayormente vegetarianos. Las ocasionales exhibiciones impresionantes de aspecto y comportamiento feroz, se deben generalmente a la protección que un gorila macho hace de su grupo familiar, frente a una amenaza.

Los gorilas, especialmente los machos, tienen una amplia gama de comunicaciones vocales y físicas. Pueden rugir y gritar para disuadir a los depredadores o competidores.

Asimismo, pueden erguirse sobre sus pies y golpear con fuerza sus grandes pechos, que contienen sacos de aire que ayudan a producir un sonido intimidante. Los gorilas de montaña incluso pueden cargar contra personas u otros gorilas si los ven como una amenaza, lo que anuncian golpeando el suelo con los puños, en un alarde de agresión.

Conservación

La vida de los gorilas de montaña no es muy pacífica. Están en peligro de extinción, amenazados colateralmente por la guerra civil en una pequeña zona de África donde viven. Además, los cazadores los matan para comerlos o exhibirlos como trofeos de caza.

Los bosques que constituyen su hábitat también son talados para tierras de cultivo, extraer combustibles y construir viviendas.

Sin embargo, muchos científicos dedicados, guardabosques y otras personas interesadas en la conservación de la especie, trabajan duro para protegerla, junto a sus hábitats y modo de vida en las montañas.

Hoy en día, alrededor de 320 gorilas de montaña habitan los Virunga. No obstante, su supervivencia a largo plazo sigue siendo amenazada por los cambios naturales y desastres, así como por el accionar de cazadores, furtivos y no furtivos, y la inestabilidad política crónica que se arremolina alrededor del borde de su área natural.